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El indio, los móviles y el porqué debería preocuparnos

Si buscamos en cualquier tabla periódica de elementos químicos comprobaremos que el indio es un metal, entre el cadmio y el estaño, con símbolo In y unas características peculiares que le hacen muy raro, estimándose que solamente se encuentra en un 0.000001 por ciento de la corteza terrestre.

¿Qué tiene de interesante este metal, te preguntarás? Bueno, es el responsable del funcionamiento de la pantalla táctil de tu móvil y/o PDA, ya sea resistiva o capacitiva, utilizándose también en las modernas televisiones y pantallas de ordenador, así como en la fabricación de células fotovoltáicas. El problema es que su escasez, si no se encuentra una tecnología alternativa, podría hacer que en pocos años las pantallas táctiles sean algo del pasado según apunta un artículo publicado en New Scientist.

El indio es un metal y, como tal, es conductor, aunque no tan buen conductor como el cobre o el oro. A diferencia de éstos, sin embargo, es posible crear láminas de óxido de indio totalmente transparentes. En las pantallas táctiles resistivas (en las que hay que utilizar un puntero) se usan dos de estas láminas a muy pequeña distancia, de forma que la presión las hace tocarse entre sí y conducir de una a otra. Las de tipo conductivo aprovechan el hecho de nuestro propio cuerpo, las yemas de nuestros dedos, es conductivo y usa una sola lámina para conseguir el mismo resultado y prescindir del puntero.

En los televisores y pantallas se utiliza el indio para conseguir, mediante electrodos transparentes, la activación/desactivación de cada uno de los píxeles. Además de transparentes y conductoras, este material consigue que las capas sean antiestáticas y actúen como barrera frente a la radiación tanto infraroja como ultravioleta.

El problema al que deberá hacerse frente de manera casi inmediata puede resumirse en una corta lista de hechos:

  • Las reservas estimadas de indio a nivel mundial es de unas 16.000 tolenadas de las que el 63 por ciento están en China. Hay proveedores en dicho país que venden el producto por Internet en depósitos de 20/25 Kg.
  • No existen minas de indio, sino que es un material que se obtiene como subproducto de minas de otros metales, principalmente las de zinc, a partir del polvo generado durante su procesamiento. Esto significa que es muy difícil encontrar nuevas fuentes de este metal más allá de las ya conocidas.
  • El consumo en 2010 de indio ha alcanzado las 1.200 toneladas, una gran parte de ellas en la industria de la telefonía móvil.

No es necesario hacer muchos cálculos para darse cuenta de que las reservas existentes se agotarán, al ritmo que están consumiéndose, en una década o incluso menos. Esto provocará asimismo que en los próximos años el precio del óxido de indio, ya en niveles altos, se dispare según la lógica de la oferta y la demanda.

La industria tendrá que buscar, en consecuencia, un sustituto a este raro material, lo cual no resulta sencillo. La transparencia conjugada con el grado de conductividad adecuado no son características que se unan con frecuencia. El óximo de cadmio, por ejemplo, es transparente pero cuatro veces más conductivo que el de indio, lo cual le hace presa fácil de la corrosión. La solución es envolverlo en una lámina de indio, mucho más delgada de la que se utilizan en las pantallas actuales, lo cual es una vía para reducir el consumo de este raro metal.

En el artículo de New Scientist, cuya lectura recomiendo, apuntan otras alternativas actualmente en investigación, como los nanotubos de carbono (el grafeno del que tanto se ha escrito en los últimos días a raíz de la concesión del Nobel de física) o los nanohilos de plata. En cualquier caso es necesario encontrar una tecnología sutitutiva del óximo de indio en un plazo relativamente corto y, definitivamente, cuidar mejor nuestros dispositivos con pantalla táctil, quizá se conviertan en una pieza de museo.


Publicado el 25/10/2010

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